Hoy me desperté con una conciencia diferente a la que normalmente me acompaña cada mañana. Me desperté con la conciencia de que hoy podría ser el último día de mi vida.
En lugar de asustarme, me sentí agradecido por todo lo que he vivido.
Me di cuenta que contrario a lo que me pasó hoy, siempre me despierto haciendo grandes planes para el futuro y en muchas ocasiones, aplazando un sin fin de cosas “para mañana.” Y es que a veces me da por vivir la vida como si la tuviera comprada, como si fuera a durar para siempre. Me enfrasco en cosas que tal vez en el fondo no quiero hacer o que simplemente no tienen la importancia que de principio les doy.
Pensando más a fondo, observo que cuando olvido que mi tiempo en esta vida se puede terminar de un segundo a otro, mis decisiones se vuelven menos estratégicas. Estoy más dispuesto a hipotecar ideas e intereses. En consecuencia termino haciendo algo por la inercia que lleva la vida y la sociedad. No digo que esto esté mal, pero no hay que perder la vista de nuestro camino y tratar de mantenernos dentro de él con pies de plomo y mirada altiva.
Es un hecho que de cualquier modo, siempre tendremos planes pendientes. Simplemente una vida no es suficiente.
Trato siempre de repetirme que no debo perder mi tiempo en cosas no me dejan nada, pero es difícil mantenerse conciente. El conformismo es un enemigo astuto. Tengo que luchar constantemente por salirme de mi línea de confort y arriesgarme a ir por más, a seguir adelante. Igualmente la recompensa inmediata, que de entrada puede hacerme sentir bien pero que en mi experiencia te la cobra mas adelante y caro, es otro gran vicio. Entonces, buscar un equilibrio entre encontrar una felicidad sustentable y vivir el presente intensamente, se vuelve un arte que se balancea sobre una línea muy delgada.
Por lo pronto, trataré de no dejar nada pendiente hoy. Decir lo que siento para que nunca sea demasiado tarde y trabajar con paciencia por lo que quiero, disfrutando cada uno de los escalones de la escalera de la vida.
Les dejo esta rola, fue la primera que decidí escuchar esta mañana…
vicious traditions from oskars jansons on Vimeo.
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